Siempre he tenido hambre de conocimientos. Me obsesiono por un tema y voy a por ello, lo curioso es que siempre voy a por más. porque me apasiona aprender.
Cuando me convertí en madre, quise ser la mejor (típico pensamiento de primerizas), así que me enfoqué en mis hijos y en mi hogar, dejándome de lado. Me descuidé, empecé a engordar, a evitar mirarme al espejo y mi consuelo era “lo importante son mis hijos”.
Si, los hijos son importantes, su felicidad, su educación, hacer lo que esté en tu mano para que sean hombres y mujeres de bien, con valores, buen corazón y sobre todo felices. Pero sabes, eso es muy difícil de lograr si no estás a gusto contigo misma
Pues me di cuenta de ello, empecé a frustrarme conmigo, me vi joven pero con una vida de abuelita y decidí tomar las riendas y empezar de cero.
No ha sido fácil, me he tenido que enfrentar a muchas situaciones difíciles y además sola. Pero hoy por hoy, estoy muy orgullosa de mi y de lo que he conseguido, estoy orgullosa de la mujer que he creado.
En todo ese camino de espinas y rosas surgió la necesidad de aprender. Así que, mis estudios universitarios y a lo que me había dedicado hasta ese momento, quedaron a un lado y empecé a formarme en lo que realmente me apasionaba: el fitness y la mentalidad. Y con esto, además de seguir creciendo, lo que quiero es ayudar a otras mujeres que hoy están en esa situación en la que yo estuve años atrás y en la que me hubiese encantado tener una guía que me hablara claro y sin rodeos.
Esto es una carrera de fondo, un proceso de vulnerabilidad y necesitas sentir que quien te acompaña, te VE y te entiende, porque ha pasado lo mismo que tu.
¿Soy yo la adecuada para acompañarte?
Desde muy joven me gustaron los deportes, siempre fui muy competitiva, no por ser “mejor que nadie” sino por demostrarme que podía conseguir lo que me proponía.